viernes, 23 de octubre de 2015

El cuerpo gitano

Se te ha puesto el cuerpo gitano, y presa de tus instintos más animales, te acercas a la nevera. Chorizo, salchichas, salami. ¡No. Otra vez huevos no!. .... y de repente te acuerdas de cuando la casa olía a lentejas, a chicharros fritos, a guiso de calamares. Sientes añoranza de aquella novia que te preparaba Arepas, te acuerdas de tu abuela y de su guiso de raices, del caldo de fabolas, o de cuando algún familiar traía centollos recién cogidos, quién sabe si no del todo legalmente.

   No te queda otra que espabilar amigo. Solo hay una forma de hacer las cosas bién, y es hacerlas tú mismo. Ya no quedan mujeres ni madres abnegadas intentando descifrar los misterios del arroz con leche, Aquellas viejas cocinas, escenario de extranos rituales prohibidos. Akelarres en los que víctimas propiciatorias eran sacrificadas en honor a Dioses de tiempos pasados, Mujeres en trance tras la ingesta de Licor de Guinda hecho con caña de holanda, anís y quinito celebraban postmodernas misas negras, oficiadas por la chamán vestida de riguroso luto y a puerta cerrada, mientras los malditos mortales, esos seres humanos del género masculino, incapaces de domar el fuego y desentrañar esos misterios escritos en "el libro" aburridos y excluídos abandonan el hogar para refugiarse en la taberna.

   Hace décadas que la empanada del supermercado ha entrado en tu vida. La enorme lata que se llevaba por la mañana tu tía a la panadería a cocer, sabe Dios si está en el faiado de la abuela o en el vertedero municipal. Empanada de bacalao con pasas, empanada de bonito, empanada de conejo, ¡que tiempos!. No como en tu maldita pocilga donde la tortilla viene del Mercadona. Quizás si estás de aniversario, tu chica presuma de buena cocinera echando en la sartén ese mejunje de patatas y huevina que venden en el super. Croquetas hacendado sobre plato de plástico y mantel de papel, cerveza en su lata y durex playpiña, postre casero de la casa, como máxima concesión al gusto en este mundo mitad Orwelliano y ciento por ciento Kafkiano.

   Tampoco es para tanto. Coges el cú-chillitóoo, mondas las pá-tatitaaas, acéi-tealá sartén,,,, y ya sale algo sén-cillitooo, te dice tu chica al oirte suspirar. ¿O pretendes que te la haga yo? Coges la manita, la bajas hasta la cremallerita... piensas para tí mientras te imaginas lo que te puede ocurrir como protestes y a tu chica le comience a doler la cabeza. Algo sencillito, te vas a enterar de lo que es algo sencillito. 

   No es que haya nacido esta página así, o sí, o ¡yo que se!. Bueno. como he dicho, Yo también me he levantado con el cuerpo gitano, y quiero algo diferente, así que voy y me preparo una de las recetas que postearé en el Blog. Recetas cuando menos modificadas, probadas por uno mismo y fotografías de mi propiedad. Espero que alguna os guste, y si no, acuérdense que mucha gente pasa hambre antes de tirarla a la basura.

   



 

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